Siempre se nos enseña que cuando queremos algo tenemos que ser persistentes ante las cosas que pasen y resistir las malas condiciones.
Sin embargo, a veces en lugar de persistir o resistir, hay que saber dejar ir.
Me bajé del avion, me encontré con Shun (el japonés alto, para referencia de mi mamá) y nos fuimos en moto a la base de la montaña empezar a hacer la subida.
Subir esa montaña no fue nada fácil, creo que nunca en mi vida había sufrido tanto dolor físico, sentí que se me iban a caer las piernas, venía de 3 dias de empacar las cosas y con desajuste del horario. Fueron 6 horas de subida en la madrugada (por lo tanto todo era negro) y 3 horas de bajada. Los descansos más largos fueron de 15 min. Sim embargo todo salió bien y subimos al punto más alto de Japón.
Hoy vi el amanecer desde el Monte Fuji, en la tierra del sol naciente.
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