Friday, January 9, 2015

Sur: La Parguera y Cabo Rojo



Al Sur fuimos a La Parguera, un pueblo pesquero, o digamos que aquí todos tienen un bote, porque no hay una playa como tal. Lo que construyeron fue una pisina en el mar. Así de raro como suene, la foto lo explica mejor.
Vinimos aquí a encontrarnos con un muchacho que conocimos en Isla Culebra, durante año nuevo. Nos llevó a la casa de unos amigos, y luego a su bote a dar un paseo, porque obviamente el tiene uno también.
Frente a la costa hay unas mini islas de mangles, y en ellas unos canales. Nos llevó por algunos de esos canales, y luego llegamos a uno llamado "Caracoles" , que es un sitio para "hanguear" (puertorriqueñismo para hang out). Muy al estilo marino, hay muchos botes y mucha gente en los botes, tomando, metiéndose al mar a nadar o hasta haciendo bbq. Sebastián, nuestro anfitrión, se pegó con otro bote que pertenece a sus amigos y conocimos varia gente.
Luego del paseo en bote fuimos a su casa a conocer a su familia, que estaba en ese mismo momento cenando pizza y nos invitaron a acompañarlos sin dudar. Realmente esto es algo que tengo que recalcar de esta familia, nos trataron como si fuéramos amigos de toda la vida y después de escuchar las historias, nos dijeron -Hace cuanto que no se dan un baño caliente?. Además del baño, que se sintió como gloria, nos dejaron quedarnos en un cuarto que estaba desocupado, y se preocuparon por todos los detalles. Que bueno fue dormir sin tener que preocuparse por mosquitos, animales, estar de ilegales o por el canto de la llorona.
Al día siguiente fue igual la hospitalidad, desayuno, café y compañía. Sebastián, la mamá, el tío y la tía hablando de todo y contándonos cosas e historias de Puerto Rico. Yo como repito las cosas 20 veces, les dije que quería ver manatís y por eso íbamos a Cabo Rojo. Pero resulta que Sebastián ha visto varios, y él sabe de un lugar en específico donde hay un manatí "hangueando".
Esa mañana no nos dejaron irnos sin antes llevarnos en bote de nuevo e ir en busca del manatí. Eso sí, es Luna llena y el había mucho viento, el agua estaba agitada. Nos llevó a un arrecife coral, un poco mar adentro. Ese bote pegaba brincos y yo trataba de ver donde me agarraba para no salir volando. Ni que decir el dolor de coxis que tuve los dos días siguientes.
Llegamos y a tirarse el agua, yo con el equipo de snoerkel completo pero la menor experiencia, parecía que me estaba ahogando, y el agua lo mueve, y el viento también. Además por estar cerca de un coral, el agua rompe como una ola en algunas partes. Otra cosa con los corales es que como están tan cerca de la superficie, uno se puede raspar o peor, uno puede pegar un erizo marino y queda fuck.
Entonces ya se pueden imaginar, yo trantando de no ahogarme, respirar con tranquilidad con el snorkel, estar pendiente de no pegar con el arrecife, estar pendiente de las otras dos cabezas que flotan en el agua y tratar de ver el manatí. Yo era la única que estaba interesada en el bendito manatí, así que Sebastián bajó con un arpón a ver si pescaba algo y Jaber bajó con un cable para agarrar langostas.
Ese día no fue exitoso, no manatí, no pesca. El agua estaba muy agitada, pero se hizo el intento.
Ese mismo día fuimos a Cabo Rojo, en la pura esquina Sureste, pero no entramos al mar, tal vez ya era mucho mar todos los días. Hay un faro en funcionamiento y la vista desde ahí se ve increíble, se pueden ver diferentes profundidades del mar y la línea del horizonte perfectamente recta.
Ahora al norte y cerca del final del viaje.

Tuesday, January 6, 2015

La Guagua y el Sur de Puerto Rico

Felices fiestas otra vez e inicio del año. No escribía desde hace un tiempo porque he estado sin internet, pero aquí va.

Llegamos al aeropuerto de Puerto Rico, la Isla Grande, y otra vez pasó eso de bajarse del avion y no saber lo que seguía. Salimos por la puerta e inmediatamente un señor preguntando insistentemente "a dónde va?" Y nosotros otra vez respondimos no sabemos, "pero cómo no sabe?"  ahhhh. Esta es la frase que define el viaje.

Agarramos una guagua al rental car, ya para estas fechas el precio va de 200$ por día a 35$. El rental car fue un lío que tomó como dos horas resolverlo, porque yo tenía mi seguro de auto vencido y Jaber tenía su licencia vencida pero el seguro bien. Asi que tuvimos que llamar a todas partes y al final reactivé mi seguro.

Una vez con carro, fue como una felicidad y tranquilidad indescriptible, como ya paz de saber que el viaje tenía más opptunidades. Lo primero en la lista era ir a un Wal-Mart y comprar cosas que necesitábamos y que habíamos anhelado por varios dias... Enronces la primera misión del carro fue ir de compras. Con toda esa emocion, llegamos al Wal-Mart y estaba cerrado por ser primero de enero. Que tristeza jaja. Con un hambre fuerte y todo cerrado, nos sentamos en el parqueo a comer galletas soda y mantequilla de maní, que era la única comida que teníamos en el backpack.

Más tarde fuimos de nuevo al aeropuerto a recojer a los dos amigos gringos que conocimos en culebra, y como no teníamos planes, nos quedamos con ellos a pasar la noche en Viejo San Juan. Era sólo una cama y cuatro personas, asi de colados, dormimos en el suelo con las cosas de acampar. Funcionó bien.

Al día seguiente empezamos el viaje, fuimos al oeste, y acampamos en una playa. Este lugar fue bastante feo y se veía raro, como que en cualquier momento lo asaltan, pero no pasó nada. La playa no estaba tan bonita, pero es que luego de haber ido a una de las mejores playas en el caribe, uno sale pensando que todo es así.

A la mañana siguiente fuimos al sur, a un Bosque Tropical llamado Toro Negro. Llegamos comp a las 7pm, y naturalmente no había nadie, estábamos en el medio de la nada y había tal vez una casa. Algo que pasa en Puerto Rico, es que la gente que administra los parques nacionales trabaja "horarios imcompletos", a.k.a mucha suerte si los encuentra. Sumado a esto, estaban las fiestas de navidad, año nuevo y reyes magos. O como se diría en Costa Rica, estamos mamando.

Encontramos la puerta del área de camping, cerrada con una cadena. Pero igual nos bajamos a ver y la cadena está a abierta. Asi que entramos ahi, ilegalmente se podría decir, y tratamos de acampar. Fue demasiado susto, absolutamente oscuro, con el sonido de un rio y piedras. Había luciérnagas por todas partes. Había una caseta de baño sin luces, con la tubería mala y goteando. Sin cobertura de xelilr 
Yo estaba muerta del susto y no me quería quedar allí, pero ya eran las 9pm y no había otra opción. Entonces por susto mío, decidimos buscar a la persona de la casa más cercana para preguntarle si era seguro. Cuando nos vamos acercabdo, salen 4 perros ladrando, pero había una reja, entonces no hubo que salir corriendo. Llamamos y llamamos y nadie salía, pero todas las luces de la casa estaban encendidas. Entonces vimos que uno de los perros tenia una plaquita con información, y entre los dos logramos sacar el número de teléfono. Jaber metía la mano para que el perro se levantara y yo con el foco en una mano y el cwlular en otro, trataba de copiar el número. Tomó bastante tiempo porque los otros perros saltaban y estaban movindose por todas partes, pero se logró.

Llamamos y dijimos que un turista nos había dado el número, pero la otra persona sonaba muy desconfiada y estaba un poco soprendida, pero ya luego de hablarle y explicarle todo, resulta ser que ella es la novia del hijo del que administra el parque. Nos dijo que era seguro.

Con esto volvimos al sitio y comenzamos a armar la tienda, sin más luz que la de los focos. En eso que armamos se escucha la voz de una miner cantando. Yo casi me muero, hasta me acordé de la llorona y no sabía cómo trabquilizarme. Dormir esa noche fue casi imposible, cada sonido de las ramas, el viento, las hojas era un susto.

Al día siguiente todo bien, el lugar era super bonito y el rio que estaba ahi tenia piedras colocadas de manera que parecía una posa. Fresca, fría y limpia.

Con un baño de agua fresca de la montaña, seguimos el viaje al sureste.

PS. Les debo las fotos de esta parte, estaba más enfocada en sobrevivir que en tomar fotos.